La chufa es un pequeño tubérculo, su procedencia originaria es del Sudan, pero su cultivo se estableció en España hace siglos. Podemos afirmar que fueron los árabes los encargados de traerla hasta España hacia el siglo VIII.
Origen
Respecto de su origen, las últimas investigaciones, concretamente un estudio de la Universidad de Oxford, fecha el primer rastro de la chufa como base alimenticia de los humanos en el “hombre cascanueces”, un homínido que vivió en el este de África hace entre 1’5 y 2’5 millones de años. Hasta que esta revolucionaria investigación vio la luz, los documentos y las pruebas situaban la aparición de la chufa en el antiguo Egipto y, más tarde, en el Imperio Persa y el mundo árabe.
Por sus propiedades curativas, la chufa, además de en occidente, ha sido ampliamente utilizada en el mundo oriental. En la medicina tradicional china se utiliza para tratar problemas de hígado, estómago y algunas enfermedades ginecológicas. También se aplica como terapia contra el estrés.
Pero no es la medicina tradicional china la única que reconoce el efecto beneficioso de la chufa más allá de los minerales y vitaminas, o sus aportes energéticos; su alto contenido en terpenos modula los receptores GABA , una clase de neurotransmisores, lo que hace que pueda actuar de manera parecida a las benzodiacepinas, un medicamento ansiolítico.
Hay estudios que acreditan su capacidad para prevenir enfermedades cardiovasculares, ya que funciona como regulador del colesterol gracias a su alto contenido en omega 9, e incluso nos puede ayudar a impedir el desarrollo de algunos tipos de cáncer. Los investigadores de la Universidad Miguel Hernández de Alicante han publicado recientemente un estudio en el que aseguran que la chufa previene el cáncer de colon, gracias a que agiliza las digestiones y acelera la absorción de alimentos.
La chufa es rica en minerales y vitaminas, entre los que destacan el fósforo, el potasio y las vitaminas C y E.
La chufa contiene carbohidratos, enzimas (como lipasa, catalasa y amilasa), fibra soluble, proteína vegetal (con aminoácidos esenciales como leucina, metionina, isoleucina, licina y arginina).
Estos componentes le confieren a la chufa propiedades digestiva, cardioprotectora, antioxidante, caminativa, inmunoestimulante, antidiarréico, antiácida, astringente, prebiótica, antianémica, insulinógena, eupéptica.
No contiene gluten, ni fructosa ni lactosa. Mejora la flora intestinal
Potencia la acción de los probióticos.
Están aconsejadas especialmente (debido a su alto valor nutricional) a deportistas, mujeres embarazas y durante la lactancia, a niños y ancianos, así como en etapas de mucho estrés y cansancio físico y mental.
- La chufa minimizadora de los problemas digestivos: el aporte de enzimas como la lipasa o la amilasa y del almidón, que actúa en parte como fibra dietética, ayudan ante la flatulencia, la distensión abdominal y el meteorismo. También tiene un efecto antidiarreico en casos virales como la diarrea del viajero o después de una toma de antibióticos.
- Es rica en minerales, como el fósforo, el calcio, el magnesio y el hierro, y en vitaminas, entre las que destacan las vitaminas C y E.
- También aporta numerosas enzimas que facilitan la digestión.
- Su valor energético (100 kcal/100 g) la convierte en una buena bebida energética.
- Contiene bajo sodio.
- La chufa contiene zinc y por ello funciona como un estimulante muy efectivo en momentos de fatiga o cansancio.
BENEFICIOS
Declaraciones aprobadas en el Reglamento 432/2012
Los Nutrientes de la Harina de Chufa contribuyen a:
- Al funcionamiento normal de los músculos y membranas celulares.
- Al metabolismo energético normal
- A la función normal de la neurotransmisión y el sistema nervioso.
- Al procesos de división y de diferenciación de las células.
- Al mantenimiento de los huesos, dientes, cabellos, uñas y piel en condiciones normales.
- Al mantenimiento del tejido conectivo en condiciones normales.
- A la pigmentación normal del cabello y la piel.
- Al transporte del metabolismo y absorción del hierro en el organismo
- Al funcionamiento normal del sistema inmunitario.
- A la protección de las células frente al daño oxidativo.
- A la función cognitiva normal.
- A la formación normal de glóbulos rojos y hemoglobina.
- Al transporte normal de oxígeno en el cuerpo.
- Ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga.
- A la función psicológica normal.
- Al mantenimiento de las mucosas y piel en condiciones normales.
- Al mantenimiento de la tensión arterial normal.
- Al mantenimiento de la visión en condiciones normales.
- Al equilibrio ácido –base normal y electrolítico normal.
- Al metabolismo normal de los hidratos de carbono, macro nutrientes, ácidos grasos, vitamina A.
- A la síntesis normal del ADN y proteica.
- A la fertilidad y reproducción normales.
- Al mantenimiento de niveles normales de testosterona.
Harina de chufa es perfecta para los celiacos
Comprobados y reconocidos los nutrientes y las aportaciones a nuestra salud de la chufa y, desde luego, su estupendo sabor, parece que era necesario buscar otras formas de transformarla para incluirla en la nueva cocina, había que hacer de la chufa un producto más versátil. Así es como nace la harina de chufa, un alimento ideal para celiacos, ya que no tiene gluten y sí un sabor intenso.
En la actualidad, se está utilizando mucho en todo tipo de repostería, panes, y en algunos países europeos se utiliza como base de alimentos energizantes tales como barritas o muesli. Más sorprendente resulta que algunos cocineros de nuevelle cousine hayan empezado a incluirla en muchísimos de sus platos tanto para dulces como salados.
La harina de chufa contiene además altas cantidades de fibra natural, por lo que es ideal para regular el tránsito intestinal. También muy recomendable para las personas que padecen diabetes, ya que no hay que añadirle azúcares extra, su composición carece de grasas saturadas e hidrogenadas y por que, por sus propiedades naturales, controla el nivel de glucosa en sangre.