Cuando el aceite de coco es ingerido, el cuerpo transforma sus ácidos grasos “únicos” en un poderoso antimicrobial capaz de derrotar algunos de los microorganismos más causantes de enfermedades. Las propiedades únicas del aceite de coco lo hacen, en esencia, un antibacterial, antiviral y antifungal natural.
El aceite de coco está compuesto de 48% acido Laurico, 7% acido capriíco 8% acido caprilico y .5% acido caproico. Todos estos ácidos que se encuentran en el aceite de coco resultan ser antimicrobiales, antivirales y antifungales poderosos que arrasan con algunos de los microorganismos para peligrosos que existen.
El aceite de coco produce Energía.
Cuando consumimos grasas, esta es digerida y degradada a ácidos grasos individuales los cuales son empaquetados en pequeños sacos de grasa y proteína que se llaman lipoproteínas.
Estas lipoproteínas son enviadas a la sangre donde los ácidos grasos son depositados directamente en nuestras células adiposas (que soportan grasa). Sin embargo los Ácidos Grasos de Cadena Media (como los que contiene el aceite de coco) son digeridos y utilizados de forma diferente.
Estos ácidos grasos no son empaquetados en forma de lipoproteínas y no circulan en la sangre como el resto de las grasas y por lo tanto no son almacenados como grasa, estos ácidos son enviados directamente al hígado donde son inmediatamente convertidos en energía.
Por lo tanto el consumo de aceite de coco no significa el aumento de peso (especialmente a la altura de la cintura) por el almacenamiento de energía como los aceites convencionales, si no que este aceite es utilizado como energía al momento de consumirlo. Además, el aceite de coco es uno de los alimentos que aumenta el gasto metabólico. Los Ácidos Grasos de Cadena Media hacen que el metabolismo de cada uno de nosotros aumente de una forma considerable haciendo que se quemen calorías en exceso. Debido a que este tipo de ácidos grasos incrementan el gasto metabólico, el aceite de coco es una grasa que promueve la pérdida de peso.